Los ejidatarios y ejidatarias de El Bajío, Sonora, nos pronunciamos enérgicamente en contra de las mentiras emitidas por la Minera Penmont en un comunicado de prensa publicado el 17 de mayo de 2021.
En el comunicado Minera Penmont niega tener 67 juicios perdidos en contra de los ejidatarios. En estos juicios se demostró que la empresa no tenía ni siquiera una concesión para operar los proyectos mineros en nuestras tierras. Las sentencias fueron dictadas por el Tribunal Unitario Agrario #28 y ratificadas por tres Tribunales Colegiados distintos.
La empresa dice que “no existe conflicto con el ejido”, nada más se les olvida que incumplir la justicia por más de siete años y con ello propiciar la serie de devastadores eventos que hemos tenido que soportar, no son un conflicto para nosotros, son un asunto de vida o muerte.
Según las sentencias firmes con las que contamos en el ejido El Bajío, la minera debe pagar rentas, resarcir el daño al medio ambiente y devolver el oro extraído durante su ocupación ilicita.
No existe ningún terreno que sea propiedad de la Minera Penmont en la dotación ejidal de El Bajío. La empresa ha buscado adjudicarse por medios fraudulentos una franja de tierra que es posesión nuestra; tan es así que el Tribunal Agrario #28 y varios tribunales y colegiados reconocieron que dicha tierra es propiedad del ejido y condenaron a Penmont a devolver el oro extraído y remediar el medio ambiente de ese predio.
Es muy grave el señalamiento que hace la empresa al decir que hay un “grupo criminal que se ostenta como parte del ejido”. No solo es ridículo que un grupo de ejidatarios tenga que deslindarse de una acusación de crimen organizado por parte de una empresa minera, sino que también es ilógico. La mina cree que todos somos de su condición, hampones que por financiar campañas electorales y sobornar a la clase política se sienten decentes y no acatan una sentencia ni se someten a la justicia, dando así una clara demostración de inmoral ilegalidad.
Hemos ganado en el terreno de la legalidad y desde 2014 esperamos la ejecución de las 67 sentencias que tenemos a nuestro favor, pero el incumplimiento de las mismas nos ha costado muy caro, hemos tenido que resistir robos, golpizas, encarcelamientos, desapariciones y asesinatos.
La minera Penmont, parte de Fresnillo PLC, generó el año pasado 434.5 millones de dólares en ingresos solo de la mina La Herradura que se encuentra a un costado de nuestro ejido. Penmont invadió y explotó nuestras tierras con los proyectos mineros La Herradura y Soledad-Dipolos.
Si una operación millonaria como la de Penmont es posible en una zona donde supuestamente está en cuestionamiento la gobernabilidad, quizás se deba a sus acuerdos con grupos criminales que sí atentan contra la vida de campesinos y ejidatarios como nosotros.
Alguno de los motivos de la guerra criminal en Caborca son: la venta de droga dentro de las unidades mineras y los robos de mineral; no podemos disociar a la minera Penmont de este conflicto, siendo esta, quizás, uno de los actores más beneficiados con este supuesto enfrentamiento entre grupos criminales.
La muerte de nuestros compañeros José de Jesús Robledo Cruz y María de Jesús Gómez Vega es un acto criminal que vino acompañado de una amenaza de muerte a otros miembros de nuestro ejido, una clara muestra del nivel de impunidad con que pueden operar los intereses económicos del cuarto hombre más rico de México, Alberto Baillères.
Los ejidatarios de El Bajío no tenemos, no necesitamos, ni queremos ninguna clase de alianza con grupos criminales. Nosotros no lucramos permitiendo la venta de drogas al interior del núcleo ejidal, nosotros no requerimos de un grupo de sicarios para intimidar, secuestrar, torturar y asesinar campesinos o líderes sindicales que se opongan a actividades de saqueo propias de la minería, tampoco nos dedicamos al auto robo pues no tenemos ni seguro social.
Si la Minera Penmont está de verdad interesada en “coadyuvar para ser útil en el marco de la Ley”, puede iniciar por acatar las 67 sentencias que tenemos ganadas. Y si también busca que “prevalezca el Estado de derecho” le exigimos que deje de amenazarnos y hostigarnos.
Cada día, por cada compañero, estamos más dispuestos a continuar y acrecentar la lucha. No solo contra la minera Penmont, Fresnillo PLC, Industrias Peñoles y la familia Bailléres, sino en contra de toda la actividad minera que mata las tierras de nuestro país, que envenena a la gente, y que provoca enfrentamientos criminales que solo traen tragedias y zozobra.
Por un México libre de minería, por un México en paz, ejido El Bajío en pie de lucha.